jueves, 29 de octubre de 2009

Camerún día 15


Hoy hemos conocido a José, el ginecólogo. Ayer en su viaje hasta Kribi no le pilló la lluvia. En cambio sí ha comentado que había una niebla bastante densa. Menos mal que le trajo el Silvain alias veo-a-través-de-la-niebla. Va a pasar 15 días en el HEK. Es un tío majo, sobre todo desde que en la cena ha sacado un paquete de jamón serrano envasado al vacío. Por la mañana, camino del hospital hemos visto una bandada de lo que pensábamos que eran pájaros, pero que ha resultado ser cientos y cientos de murciélagos. Es lógico que si hay millones de mosquitos, haya cientos (nunca suficientes) posibles depredadores para éstos. Hoy parecía que iba a volver a ser otro día sin demasiado trabajo. Pasamos visita, hacemos las curas, vemos un par de pacientes para operar los próximos días. He pensado estar con José en la consulta de gine estos días que no tenemos tanta faena nuestra. El hospital, para potenciar que las mujeres vengan a la consulta y se hagan en un futuro controles prenatales, ha puesto carteles informando de la gratuidad de la consulta ginecológica estos 15 días. Así que esperamos que vengan bastantes mujeres. Hoy la mayoría delas pacientes eran las propias trabajadoras del hospital o sus familiares. Casi todas quieren quedarse o saber si están embarazadas. Hoy le hemos dado la buena nueva a una que venía esperándolo. Le hemos hecho una eco y hemos visto al feto, con sus patitas, su cabecita, su corazoncito a mil por hora... Aquí, para las mujeres, el quedarse embarazada antes de casarse no está mal visto. De hecho es casi algo bueno, porque se está demostrando que se es fértil para “dar hijos al marido”. Esta expresión la hemos oído varias veces. Pues cuando estaba viendo pacientes con José, ha llegado una urgencia. Enviado desde otro hospital venía Henry Patrick, un chaval de 23 años con muy mal aspecto. Era un tío fortachón, y se quejaba de dolor generalizado, mayor en codo izquierdo y cadera derecha, donde presentaba dos zonas inflamadas y fluctuantes (colecciones de pus), pero sobre todo se quejaba del abdomen. A la palpación presentaba casi irritación peritoneal. La historia que contaba era que empezó con un dolor abdominal que había ido a más, con fiebre alta, y aparición de estos abscesos en codo y cadera. No era la primera vez que había tenido algún absceso. En el otro hospital le habían hinchado a antiinflamatorios y antibióticos. No nos cuadraba para nada la exploración, la anamnesis y la evolución que había tenido. Barajábamos: inmunodeprimido por algo (¿VIH, VHC?) que le causa los abscesos, perforado (¿por los antiinflamatorios?) por la exploración abdominal que presentaba, ¿todo junto?, ¿o algo abdominal que se había extendido vía hematógena a articulaciones? Lo único que nos parecía claro era que tenía un abdomen agudo, y hemos decidido revisarlo en quirófano. En España le habríamos realizado un TAC, pero claro, aquí o miramos dentro o esperamos. Y por si acaso, le hemos abierto el abdomen. Presentaba una hepatomegalia como reacción a la sepsis, pero nada más. Laparotomía en blanco. Fallo. Agua. Cagada. Bueno, creemos que más vale pasarse que no llegar, y a veces ocurre esto. Demasiado bien nos estaban yendo todos los pacientes. Luego le hemos drenado el pus de codo/antebrazo y cadera. En total más de medio litro. Las analíticas no han demostrado que tenga VIH ni VHC. Con el grado de infección que tiene este tío es raro que no estuviera peor aún. En España este es el típico paciente que llega a urgencias hecho mierda, que precisa de un montón de drogas para salir adelante. Aquí igual acaba siendo así, pero no tenemos ni UCI ni esas drogas. Seguro que vamos a tener que reoperarlo y revisar las heridas mañana o pasado. Con esta urgencia, que hemos acabado por la tarde, hemos finalizado la jornada laboral de hoy. Del hospital he vuelto en la moto con Alain. Bastante divertido el viaje, y más cómodo porque es más fácil esquivar los baches. Hemos presentado la playa del faro a José, nos hemos tomado unas cervezas y colas en Siloé, el restaurante de la francesa que está al lado del puente, y hemos vuelto a casa a cenar, con la grata sorpresa del jamón serrano made in spain. Esto es lo mejor de que vengan nuevos a la casa, que suelen traer cosas que aquí no hay. Espero con ansia la venida del queso y el chorizo ibérico... quiero decir, de los traumatólogos y enfermeras.

2 comentarios:

  1. Juan!

    Siempre muy interesante la crónica de tus aventuras camerunesas.

    Y qué decir de las fotos que has tomado, ¡fenomenales! De concurso, vaya...

    Salúdame mucho a Julio y a todo el equipo.

    Un gran abrazo desde México.

    José Luis.

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  2. José Luis, gracias por seguir nuestro día a día aquí en Camerún. Saludaré de tu parte a Julio y cuando vuelva al resto. Un abrazo.

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