jueves, 15 de octubre de 2009

Camerún día 1


Me ha despertado una lluvia apocalíptica. Los techos metálicos no ayudan a amortiguar el sonido del agua, y además me han dicho que ha sido de los días que más ha llovido en tiempo. Estamos casi acabando la época de lluvia. Como ayer llegamos algo tarde nos han permitido ir hoy al hospital un poco más tarde. Nos ha recogido a las 8.30h la “guagua”. Así llaman a la ambulancia que nos llevará cada día al hospital y que luego se dedica a recolectar pacientes. Como ya era tarde hemos compartido la guagua con enfermos que luego hemos visto en las consultas. Pero como aquí las cosas a veces no funcionan, la ambulancia no iba a ser menos, y a mitad camino se nos ha parado. Pronto la han arreglado (purgado el motor, o algo así), y ha durado 5 minutos más. La han vuelto a purgar y hemos llegado al Hospital Ebome de Kribi. Nuestra mañana ha sido bastante tranquila, no hemos tenido ninguna urgencia pero sí hemos visto unos cuantos casos de patología quirúrgica, uno de ellos para operar. Una chiquilla a la que se le practicó un aborto-legrado hace 3 meses y desde entonces parece que tiene una colección intraabdominal que le supura por el ombligo. Vamos, un marrón. Mañana la hemos programado. También hemos visto un par de pacientes operados previamente que presentaban problemas con la herida y una chica con plastrón apendicular en resolución. Vamos, poca cosa. Hemos aprovechado para ver el hospital, conocer a la gente, el bar de enfrente (el equivalante al Sandro's para el Clínico), donde las cervezas y refrescos son de 650 cc. También me he dedicado a hacer unas pocas fotos, unas 150, de estancias del hospital, de la gente, pero sobre todo de unos pequeños invasores, los lagartos. Tienen cabeza roja y cuerpo verde y recorren las paredes y suelos sin importarles lo más mínimo nuestra presencia. Sobre las dos hemos tomado en el Sandro's un bocada de tortilla de patata (la de ayer) y unas galletas. Sobre las cuatro y media hemos vuelto a casa, y se han planteado tres planes: quedarse a dormir, salir a pasear o ir a la playa. Pablo y Carol (pediatras de la fe), Loles (enfermera cincuentona con trenzas en la cabeza) y yo hemos ido a la playa. Era una playa bastante chula, arena oscura, sobre todo dentro del mar donde había sedimento supongo de los muchos ríos que desembocan cerca. Muchos árboles y palmeras, y bastante gente paseando. Muy relajante. Hoy es el día que libra nuestro cocinero y habíamos planeado ir a cenar a un bareto que está en un balcón a pie de playa, donde sólo puedes elegir pollo o pescado. Cuando salíamos de casa hacia para cenar nos han llamado del Hospital, que había una hernia incarcerada que no podían reducir. Nos hemos ido para allá el equipo quirúrgico y dos más, y el resto para el bar. La hemos conseguido reducir, y hemos quedado en operarlo mañana de forma electiva. Ya tenemos dos cirugías. Resulta que estamos, en teoría, cada dos o tres días de guardia localizados, por el tema de urgencias que lleguen o para los pacientes ingresados. Pero en la práctica estamos todos, porque si llega una urgencia quirúrgica nos van a llamar y tendremos que ir. Y nos han dicho que casi todos los días llaman, aunque casi siempre por patologías médicas. Hemos llegado a tiempo, bueno, de sobra para cenar, porque han tardado dos horas en servirnos. Ritmo camerunés. Todos hemos pedido pescado, lo hacen a la brasa, fresquísimo, con arroz, patatas y plátano frito. Con bebida (de 650 cc), 5 euros. Me han dicho que el pescado era un bar. Muy bueno. Lo que dicen que es un manjar es la barracuda, y que nos llevarán otro día a que la probemos. A la vuelta hemos intentado conectarnos a internet sin éxito. Veremos mañana.




No hay comentarios:

Publicar un comentario