lunes, 19 de octubre de 2009

Camerún día 5

más fotos

Lo del número de plazas máximo permitidas en un vehículo, aquí en Camerún, viene dado por el volumen que disponga para amontonar gente, o en su defecto, como por ejemplo en una moto, cuyo volumen teórico es infinito, por el equilibrio que los ocupantes puedan mantener. Hoy he visto encima de una moto a 4 personas, un ventilador y dos sacos de fruta. Ayer comprobé como 7 personas pueden ir hasta una playa casi sin que pase nada, y cómo 8 pueden volver (Olive, la de la secta gospel, volvió a Kribi con nosotros. Pero la prueba definitiva ha sido esta mañana, cuando en la ambulancia que nos lleva al hospital, sin forzar demasiado la cosa (en el maletero sólo ha ido una persona), hemos viajado 18. No quiero ni pensar cómo iran los autobuses o qué ocurriría si Camerún tuviera metro. Esta noche ha llovido muchísimo. Muchos nos hemos despertado del ruido de la tormenta, porque los techos de la casa son metálicos y el golpear de las gotas se oye muy alto. Además, cuando cae un mango al techo solemos darnos un susto de muerte, porque suena casi como un disparo o una explosión, y después algo que rueda hasta caer al suelo. Por si esto fuera poco, aquí los grillos y las ranas compiten por ver quien canta más alto. Y para acabar, en la casa tenemos un invitado nocturno, aún cuya naturaleza tenemos que determinar, que se pasa la noche emitiendo unos ruidos muy extraños, entre el croar de una rana y el graznar de un pato. La gente que lleva más tiempo aquí dice que es un especie de pájaro nocturno, y que varios grupos de voluntarios ya han intentado matarlo a pedradas, sin éxito por lo que he podido ver y escuchar. La solución para un par de ruidos pasa por cortar el árbol. Esta banda sonora parece un poco esos Cds que venden en tiendas hippie-pijas tipo “relajación”, a excepción de cuando cae un mango. Pero a mi todo ésto realmente no me entorpece la noche. Duermo muy bien, a pesar de los ruidos, de que la cama cada día está más hundida por el centro, de que detrás de la mosquitera hay cientos de bichos deseando entrar para cebarse conmigo... Cada mañana me despierto espontáneamente antes de que suene el despertador. Nos acostamos relativamente pronto porque madrugamos bastante, y la cena suele empezar entre las 19 y las 20h. Hoy en el hospital hemos operado a la paciente que teníamos programada, la de la masa abdominal. Ha resultado ser una neoplasia de retroperitoneo, seguramente de páncreas. Le hemos hecho un par de derivaciones (colecisto y gastro yeyunostomías). Además en la consulta se ha presentado un paciente con un bulto en la nalga que parecía un lipoma. Se lo he extirpado y ha resultado un quiste sebáceo. Hay que ver que dura tiene la piel ésta gente. Cuesta de cortar y coser. Gajes del oficio. De los operados la semana anterior, hemos dado de alta a la hernia, pudiendo comprobar que no sólo le sienta bien la comida, sino también la bebida, sobre todo si es alcohólica. De las chicas de la peritonitis, la primera estamos en fase de correcta tolerancia oral, fuera lavado abdominal. La otra, aún reciente, también mejora, ya orina mayor cantidad, el drenaje de lavado todavía está súcio, pero menos. Además ha empezado a venir gente a la consulta citados porque sabían que los cirujanos estaríamos. Varias hernias, una litiasis biliar, una neoplasia de mama. Lista de espera en Valencia: litiasis biliar, hasta 9 meses; hernia inguinal, hasta 7 meses; quiste sebáceo, hasta 18 meses... Lista de espera en Camerún: 1 día, o incluso se pueden operar el mismo día si vienen en ayunas o si es con anestesia local. Si al final no va a estar tan mal esta gente. Al terminar las cirugías me he acercado a maternidad a ver a si había algún parto. He jugado un poco con un bebé, hasta que se ha meado en mi camiseta. Qué gracia. Nos hemos vuelto dando un paseo desde el hospital. A ritmo pausado, charrando, sacando alguna foto (pocas), una hora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario